Ya en la isla, retomé mi pasión de infancia por el comercio, unido a mi lógico interés por la moda, y abrí mi primera tienda en 2011, en el Puerto de Andratx. Lugar mágico donde los haya, que me robó el corazón hasta el punto de sentirlo como mío. Y pasito a pasito he ido creciendo gracias a la confianza de mis clientes, a la calidad de mis productos y a la variedad y originalidad de lo que ofrezco.
En búsqueda constante de nuevas firmas, productos, y fábricas en las que confiar mi propia marca, viajo a menudo para encontrar productos con alma, en un mundo tan globalizado que complica la tarea.
Además de a mi esfuerzo, este crecimiento se lo debo al infinito apoyo de mi familia y como no, a la profesionalidad de mi equipo. Con el que cada día, codo con codo, buscamos lo mejor para satisfacer a nuestros clientes dibujando sonrisas en cada outfit.